“Me quiero sentir activo”: Carlitos, el veterano de guerra que ahora trabaja como jardinero

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Como muchas personas de la tercera edad en El Salvador, el exsoldado que no logró una pensión debe salir a las calles a trabajar como jardinero, arriesgándose al contagio de COVID-19 o al peligro de caer de algún árbol que le soliciten podar.

Carlos Rosales es un jardinero que camina entre tres y 15 kilómetros diarios para poder trabajar y ganar el sustento diario, ya que por la paralización del transporte público no tiene otra forma de movilizarse.

Este hombre que luchó como soldado en 1969 en la llamada Guerra de las Cien Horas, contra Honduras, ahora a sus 78 años de vida, enfrenta problemas de reumatismo, visión y audición, sin embargo, no se detiene, pues debe aportar dinero a su familia con lo poco que gana.

Carlitos, como le llaman de cariño, vive en la comunidad Las Palmas en San Salvador. A diario se levanta a las 5:30 de la mañana, se baña, toma sus alimentos y su café. Luego prepara sus herramientas de trabajo para enfrentar, junto al último de sus 12 hijos, un día más, podando y abonando los jardines de sus clientes.

“Yo estando en la casa no me siento bien. Yo me quiero sentir activo, aunque uno con los años es como un carro viejo que con el uso y el tiempo se va desgastando, ya no funciona bien. Eso pasa por las enfermedades, pero ahí sigo”, dijo el jardinero, quien tiene 30 años de realizar ese oficio.

Aunque dice funcionar como “un carro viejo”, demuestra mucha fuerza para su edad, y asegura que sale a trabajar a diario a pesar del peligro de contagiarse del coronavirus, que por su edad representa un riesgo mayor.

“Cuando la edad avanza, uno pierde energías, ahora mismo me ha salido una pelota acá (en la ingle) y me la he sobado con ungüento de mentol y he tomado penicilina y se me quitó, pero ahora me ha vuelto a salir. Tengo problemas de la vista y soy sordo, por eso necesito unos aparatos para escuchar, a ver si paso consulta mejor con un doctor”, aseguró el septuagenario.

Sus historias en la guerra

Carlos es oriundo de Ataco, Ahuachapán, y tiene muchas historias guardadas en su memoria que está dispuesto a contar a quien quiera escucharlas.

Muchas anécdotas son de su paso por el Ejército donde tuvo participación en actividades de resguardo de fronteras en la Guerra de las 100 Horas.

“Un coronel se me acercó y me dijo que lo iba a apoyar en la custodia de la frontera. En realidad, no hubo mucho, cuando llegamos dijeron que el fuego había bajado y nos mandaron a Santa Rosa de Lima”, recordó.

También tuvo participación en el inicio de la guerra civil en los años 80. En ese conflicto una bala casi le quita la vida durante un enfrentamiento con guerrilleros y tardó dos años en recuperarse; esa fue una de las causas para dejar las filas castrenses.

Su paso por las redes sociales

Gracias a que un cliente de Carlos publicó una foto de él en sus redes sociales, recomendándolo como un buen jardinero para que le dieran trabajo, la ciudadana Faby Recinos creó un Go Found Me (un fondo de ayuda) en un sitio en el que suben a la plataforma diferentes casos de personas necesitadas para que otros ayuden por medio del enlace gf.me/u/ygpmth o llamando al teléfono 79092307.

Alma Guerrero, una de sus clientes nos comentó que el trabajo de don Carlos “es arriesgado, pero así somos los salvadoreños. Vi su caso por Twitter y luego decidí contactarlo para ayudarlo. Lo recomiendo: es aseado, ordenado y es una persona linda”, dijo.

Carlos Rosales se volvió viral en redes sociales después de que un cliente que solicitó sus servicios de jardinería lo recomendara a otros usuarios de Twitter. Foto EDH / René Quintanilla

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